martes, 12 de abril de 2011

VENGANZAS FEMENINAS III

El marido, en su lecho de muerte, llama a su mujer, con voz ronca y ya débil, le dice:

-Muy bien, llegó mi hora, pero antes quiero hacerte una confesión.
-No, no, tranquilo, tu no debes hacer ningún esfuerzo.
(Insiste el marido)

-Es preciso morir en paz. Te quiero confesar algo.

-Está bien, está bien. ¡Habla!

-He tenido relaciones con tu hermana, tu mamá y tu mejor amiga.

-Lo sé, lo sé... ¡¡¡Por eso te envenené, desgraciado!!!

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